Cambio climático debido al problema de las emisiones de CO2. La DANA en Valencia.
Nov 27, 2024
Publicado en Ecohabitar. Cuando los científicos alertaron al mundo del cambio climático debido al problema de las emisiones de CO2 en 1988, Stefan Rahmstorf, oceanógrafo y climatólogo de la Universidad de Potsman en Alemania, pensó que la información sería recibida con su merecida atención. Sin embargo, fue testigo de cómo los intereses por parte de las grandes corporaciones y de los políticos convirtieron la información en una “campaña de desinformación,” sembrando duda, confusión y negación. El científico dice que la gente no desea verdades inconvenientes. Pero, el precio a pagar por la inacción va a resultar muy caro.
El granito de arena, el bien común y la DANA. La prevención y la preparación, la respuesta y la recuperación
“Si cada uno de nosotros pone su granito de arena...”. Esta es una expresión que he oído varias veces junto a las conmovedoras imágenes de personas venidas de todas partes para ayudar a los afectados por la DANA en Valencia. Trabajan por el bien común y para remediar un gran mal. Las pérdidas han sido tremendas, más de 200 personas han perdido la vida. Un primer balance superaba 10.000 millones de euros en daños materiales y miles de animales han muerto en sus jaulas.
Podemos recuperar los pueblos, pero nunca volverán a ser los mismos sin las personas que la DANA se llevó y el trauma que ha dejado. Ahora, los residentes y la gente venida a ayudar nos demuestran que el trabajo colectivo por la causa, nos ayuda a no perder la esperanza y a sanar el dolor.
Existe un fondo intrínseco al ser humano que emerge del esfuerzo por el bien común. Este fondo nos mueve, nos nutre, y nos empodera. Se presenta en los tiempos de crisis como una sinergia en respuesta a eventos traumaticos, y es esta unión la que hace la fuerza.
Esta unión se ha manifestado como la respuesta a la DANA en Valencia. Y esta respuesta (dentro de lo que los expertos de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) llaman ciclo ), es una de las cuatro etapas. Las dos primeras son la prevención y la preparación y a estas le siguen la respuesta y recuperación.
Lo extraordinario de la respuesta en Valencia, es que mientras los políticos, incompetentes según las muchas y numerosas manifestaciones de queja, se esfuerzan por arrastrar a los ciudadandos a su terreno, dividiendo con sus debates y peleas; los ciudadanos empujan escobas por las calles de los pueblos y se ocupán de los daños. Algo que habla del pueblo cuando se une y de su poder.
¿Podría surgir esta unión, no solo para reparar y recuperar, sino como prevención y preparación frente a una nueva realidad que presenta una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos violentos?
Según Stefan, hay que dejar de pelear y concentrarnos en prevención y preparación de cara al cambio climático. “Tenemos que ser conscientes de que somos homo sapiens, una especie, en un mundo que es nuestro hogar común y no deberíamos estar peleando entre nosotros, sino que juntos tenemos que luchar por nuestra supervivencia y bienestar en este planeta. Ahora tenemos que unirnos y luchar contra esta amenaza a nuestra civilización y nuestro futuro en la Tierra”.
Condiciones meteorológicas excepcionales como consecuencia del cambio climático
Si cambiar nuestros comportamientos y hábitos de consumo nos resulta incómodo, más incómodo va a ser vivir el infierno que nos va a tocar si no lo hacemos.
Stefan explica que, si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero al ritmo actual el mundo podría verse afectado por uno de estos dos escenarios: un calentamiento progresivo, con una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos violentos (con grandes migraciones como una de sus consecuencias), y la caída de nuestro sistema económico. Lo cual ocurriría bastante antes de alcanzar un posible aumento de temperatura a 3ºC. El otro escenario es catastrófico, una mayor desaceleración del AMOC (corriente oceánica atlántica) o, incluso, su desaparición, entonces el clima cambiaría drásticamente en muy poco tiempo, sumergiendo el norte de EE.UU. y de Europa en el frío y la nieve.
En los años 70 (del siglo pasado) la petrolera Exxon ya predijo el calentamiento global debido a las emisiones de CO2. Esta información fue omitida y sus grandes inversiones en la desinformación evitaron una respuesta contundente por parte de los políticos y el pueblo. A pesar de su campaña, ahora sabemos que el aumento de CO2, metano y óxido nitroso como principales causantes del calentamiento global ya es una realidad y la La comunidad científica internacional lo ratifica.
No nos queda mucho tiempo, según los expertos, ya se está cruzando la línea del no retorno, vendrán más inundaciones y más catástrofes.
Un análisis del World Weather Attribution (WWA) y un estudio de Climameter reafirman el papel del cambio climático en esta DANA en Valencia. El aumento de precipitación de hasta el 15% con condiciones de hasta 3 °C más cálidas en el presente en comparación con el pasado, son clasificadas por los científicos como condiciones meteorológicas excepcionales consecuencia del cambio climático.
No está en nuestras manos el cómo responden los gobiernos
La acción local frente a un futuro que presenta más DANAS es clave y contamos con los conocimientos de los expertos en cuanto a cómo tratar las zonas afectadas. Los gobiernos tienen que fortalecer las infraestructuras y los ecosistemas, para que las comunidades, ante las catástrofes, puedan resistir y recuperarse con mayor rapidez.
La economía circular es un plan de adaptación de cara al futuro, es una acción tanto de prevención como de reparación.
Ahora, y al contrario que en los años 80, del siglo pasado, existen soluciones tecnológicas y modelos de economía, como el modelo de economía circular, que los gobiernos pueden implementar para reducir las emisiones que causan el calentamiento global.
Pero no está en nuestras manos cómo responden los gobiernos, ni cómo se acepta la información científica en un mundo dominado por las grandes corporaciones que dependen de los combustibles fossiles. Pero sí tenemos poder de decisión en cuanto al consumo de sus productos y sobre nuestros propios hábitos.
El impacto medioambiental de los hogares
La La Universidad de Columbia apunta que un estudio realizado en el 2015 señalaba la importancia del “impacto medioambiental que surge de los hogares, cuyo consumo contribuye a más del 60% de las emisiones globales de GEI (gases en la atmósfera que capturan energía y calientan la superficie) y entre el 50% y el 80% del uso total de la tierra, los materiales y el agua”.
De acuerdo al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC), nuestra forma de desplazarnos, cómo mantenemos la temperatura de nuestras viviendas y nuestra dieta tiene que cambiar si queremos alcanzar el objetivo de 1,5 °C.
La narrativa del PICC sugiere un descenso de un 30% de consumo de productos animales. Se estima que el sector ganadero representa el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, más que las emisiones directas del sector del transporte. Además, a medida que crece la población mundial, crece la demanda de productos animales y se dispara la ganadería intensiva con un efecto devastador en la atmosfera, el suelo y los océanos, aumentan las emisiones y la destrucción sigue.
Reemplazar la agricultura industrial por la regenerativa
El esfuerzo requerido por nuestra parte es, a menudo, la eliminación del exceso. Por ejemplo, actualmente sabemos que el consumo de alimentos de origen animal nunca fue tan elevado, estos productos proceden de industrias altamente crueles, contaminantes y dependientes de los combustibles fueles.
Por otra parte, la agricultura industrial tiene que ser reemplazada por la regenerativa. El actual modelo de agricultura está basado en los combustibles fueles en todo su recorrido. Los grandes monocultivos son los más susceptibles a las amenazas emergentes por el cambio climático, pero son también responsables del problema por su alta dependencia de fertilizantes y pesticidas.
El trabajo que mejora el mundo y no lo destruye, nos construye
Y no hace falta empujar una escoba por el barro junto a otros para entender que a los seres humanos nos mueve el trabajo por el bien común.
El trabajo que mejora el mundo y no lo destruye, nos construye. Como seres humanos somos conscientes de nuestro impacto, —si no lo ignoramos— y si sabemos también que las pequeñas contribuciones suman a algo grande.
La lucha por las fronteras, el abuso de los ecosistemas, la destrucción y el maltrato a los animales, la explotación indiscriminada de los combustibles fueles y de otros recursos para el despilfarro en que vivimos actualmente no solventa nuestros problemas, los genera.
Como dijo Einstein, no podemos solucionar nuestros problemas con la misma mentalidad con la que los hemos creado. Finalmente, es nuestra mentalidad la que crea nuestra realidad.
Aún estamos a tiempo de cambiar el pensamiento que rige nuestro comportamiento y su efecto, cada una y uno de nosotros, poniendo “nuestro granito de arena”. Un pensamiento colectivo más en línea con la realidad en la que vivimos actualmente, más consciente de nuestro impacto como especie sobre el planeta.
Stefan en su entrevista con Nate Hagens, termina diciendo que sueña con un mundo en el que los seres humanos vivan juntos en armonía con la naturaleza, cuidándola y sin pelearse los unos con los otros.